sábado, 2 de abril de 2011

EL SOLDADITO DE PLOMO

EL SOLDADITO DE PLOMO
La última vez que pisé un templo religioso fue hace unos cinco años. Asistí al funeral de un compañero de armas de cuando serví en Irak, concretamente en la compañía de zapadores del Reino de León, “los leones del desierto” que fue como nos empezaron a llamar allí, lo cual bien mirado no es ningún piropo y parece de coña teniendo en cuenta que el actual hábitat natural del león común o panthera leo es la llanura africana o sabana y no el desierto de Mesopotamia. La comparación es equivalente a la popular expresión: “manada de elefantes en una cristalería” ya que la verdad es que hicimos poco, y lo poco que hicimos, lo hicimos mal. Todavía recuerdo al fulano al que relevé, un tipo grande como un oso y de mirada extraña que por algún motivo siempre tenía en la jeta una sonrisa cargada de ironía… El cabo Rubbenstein, se llamaba aunque tenía tres o cuatro motes de sus compañeros cuyo significado no llegó a revelarme y entre los que destacaban: el holandés, el judío, el argentino… Cuando oía lo de “argentino” sonreía todavía con más mala leche e incluso llegó a confesarme: << ¡Estos cabrones ignorantes me llaman así porque nací en Montevideo…!>>.- Y al decirlo tenía un no sé qué como de payaso, en el brillo de los ojos. Luego añadía: << ¡Me encanta este desierto, está muy animado… Aquí a las Cheerleaders las llaman huríes o vírgenes islámicas y van con kalashnikov en vez de pompones y mini burka en vez de mini falda!>>.- Y sus labios volvían a sonreír, aunque sus ojos revelaban una profunda e insondable tristeza.-<<¡A las guardias en el check point nº 2, le llamamos la sauna finlandesa, yo he perdido veinte kilos desde que estoy aquí en ese puto control de la carretera de Nayaf…>>.- Y me dio la impresión que en ese sentido no hablaba en broma aunque se estuviese riendo al decirlo.
Cuenta una leyenda árabe… Erase una vez un hombre que caminaba por el desierto. Andaba entre las dunas de arena muy lentamente, atormentado por la sed y añorando la lluvia y los grandes ríos de su tierra natal. Entonces vio un oasis a lo lejos y como esperaba morir de todas formas pasó a su lado, y no bebió…
El funeral al que asistí fue de un chaval de Huelva que tenía 19 años cuando le mandaron a Irak, y que hacia las cuatro de la tarde del 4 de abril de 2004 mató accidentalmente a una niña en el transcurso de la refriega de la batalla de Nayaf  entre la guarnición española de Base Al- Ándalus y las milicias radicales chiíes del clérigo Muqtada Al- Sadr. Aquella misma tarde yo mismo terminé con la vida de al menos otros dos seres humanos. Poco o nada diré sobre mis pecados pues eso es una cuestión que sólo atañe a mi alma y su creador.
Aquel muchacho quedó traumatizado por lo que la mala fortuna en el rebote de una bala hizo, hasta el punto de arrojarse  dos años después por un acantilado con el coche que se compró con el sobresueldo que el ministerio de defensa le pagó por ir a Irak. Oficialmente falleció en un accidente automovilístico, sin relación aparente con su servicio en la guerra. El ex cabo del ejército español de tierra: Alfredo Rubbenstein, del que recientemente he tenido extrañas noticias sobre que ha recuperado de sobra los veinte kilos que perdió en Irak (y probablemente ganado otros diez más) Se dedica actualmente a una extraña profesión a medio camino entre maestro de educación primaria por las mañanas y payaso- monologuista de micro abierto en los bares nocturnos de Salamanca, supongo que para intentar que algún día su sonrisa alegre de bufón vuelva a concordar con la profunda tristeza de sus ojos en el camino intermedio de su alma despedazada por lo que simplemente vio… O tal vez, por lo que tuvo que hacer en la guerra. Supongo que el sentido del humor es la medicina que él emplea para salir adelante. Como cuando me contó la anécdota de esa comida, que conchabados con los militares italianos robaban a los gringos del almacén. Quinientas cajas de raciones de previsión y sobre todo más de dos mil litros de agua embotellada a esos capullos que al principio se la escatimaron a “los aliados” con la excusa de que había que aclimatarse al desierto. Españoles e italianos vaciaron el almacén en plan “saco de Roma” y en cuestión de minutos, llevando incluso camiones para tal acción ofensiva. La estrategia fue insinuar que un contingente del ejército rumano que había pasado por allí había hecho “la gitanada”… Nótese sin connotaciones racistas sino prácticas, puesto que a los pobres rumanos, el alto mando estadounidense no iba a pedir cuentas de nada, en gran medida porque su material y medios eran todavía más precarios que los nuestros. << Los gringos rellenaron el almacén confiados como corderitos>>.- Me contó Rubbenstein.- <<¡ A los tres o cuatro días les hicimos la misma jugada aprovechando que pasó por allá un contingente del ejército ucraniano!>>.- Y parece ser que no aprendían los muy cretinos y volvieron a rellenar el almacén por tercera vez, mientras los hispanoitalianos se frotábamos las manos y sonreían traviesos con la noticia que en una semana pasaría por allí un destacamento del ejército polaco, al que también utilizaron como coartada, ya que los gringos nunca le pedían cuentas a los aliados de Europa oriental, pues asumían que ya habían hecho suficiente esfuerzo económico y logístico trasladando sus tropas al teatro de operaciones… Dicen que es por eso por lo que los militares españoles en Iraq, nos tomamos como algo personal, como si nos lo hubiese hecho a nuestras propias tropas el asesinato de 19 soldados italianos, compañeros de juego, borrachera y parranda en un atentado en Nasiriya, y de alguna forma los españoles cambiamos para mal y empezamos a ser más brutales y contundentes con los civiles iraquíes hasta que todo reventó en la batalla de Nayaf, el 4 de abril de 2004.
... Después del naufragio, el soldadito de plomo pensó que su fin se acercaba y mientras se hundía en las profundidades marinas miles de imágenes pasaron como veloces fotogramas por su cabeza. De todas ellas sólo le angustiaba una, que no era otra que la de su amada bailarina de papel a la que mucho se temía jamás volvería a ver...
Cuando yo regresé de las profundidades abisales del océano había cambiado tanto que mi bailarina de papel decidió un día que ya no deseaba (después de doce años) que yo continuase siendo su soldadito de plomo. Y ahora pienso que pase lo que pase con el resto de mi vida, en Iraq lo perdí todo porque ya nunca podré recuperar el amor de la única mujer a la que he amado y continuaré amando (ya sin esperanzas) En toda mi existencia. A veces sueño con una época distinta, en la que era más joven y recuerdo con agrado a mi bailarina de papel y me despierto feliz creyendo que aún no me ha abandonado. Voy al baño y me siento sobre la taza del váter para aliviarme, en mi ritual matutino, justo antes de meterme bajo la ducha. Y ya bajo el agua vuelvo a tomar conciencia de la realidad y me doy cuenta que jamás volveré a ver a mi amada bailarina porque ella ya no desea verme ni hablar conmigo, porque  simplemente ya no me quiere ni puede volver a hacerlo. Entonces sonrío como lo hacía me predecesor, el cabo: Rubbenstein, y como él, respiro profundamente y entiendo que es lo mismo que este vivo o que este muerto porque ahora vivo en un futuro en donde los sueños se han transformado en las más aterradoras y horribles pesadillas.

FIN.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=UtmAiNG2Lxk
http://www.youtube.com/watch?v=Gec7OUrj87M&feature=player_detailpage

viernes, 1 de abril de 2011

Próximamente en el Micro Abierto del Esperpento...

Próximamente en el Micro Abierto del Esperpento...

de Alfredo Rubbenstein, el Viernes, 01 de abril de 2011 a las 19:25
<<... Después del naufragio, el soldadito de plomo pensó que su fin se acercaba y mientras se hundía en las profundandidades marinas miles de imágenes pasaron como veloces fotogramas por su cabeza. De todas ellas sólo le angustiaba una, que no era otra que la de su amada bailarina de papel a la que mucho se temía jamás volvería a ver...>>

EL SOLDADITO DE PLOMO H C. ANDERSEN (Versión de A. Rubbenstein)

Próximamente en el Micro Abierto del Esperpento...

lunes, 21 de marzo de 2011

LA HISTORIA DE ISMAIL

(Es un autoplagio de mi antiguo relato Petar Istori del año 1995, publicado en la revista de la facultad de filología de la USAL el año 2008 bajo el alias de Juan Negro)

<<… Todos los niños (y también las niñas) Tienen derecho a crecer y a vivir en un ambiente de paz, estabilidad y seguridad que garantice su alimentación y su derecho a recibir una educación…>>

(Carta de las Naciones Unidas, Derechos Fundamentales, Anexo relativo a la infancia)

LA HISTORIA DE ISMAIL

(Bosnia- Herzegovina, principios de los años noventa…)

¡Mamá, mamá! ¿Qué pasa? ¿Qué está pasando? ¿Quién es toda esta gente? ¿Por qué tenemos que caminar tanto? ¿Por qué tenemos que salir de nuestra casa en mitad de la noche y cruzar las montañas? ¿Dónde estamos? Tengo frío, hambre y sueño…

¿Qué pasó con papá y con el tío Ismail? ¿Por qué se fueron con aquellos hombres que gritaban tanto? ¿Por qué les subieron a aquel camión con el Sr. Iskandarovic, el alcalde, y el Sr. Frashëric, el maestro… Y con los otros vecinos del pueblo que también eran musulmanes…? El viejo Sr. Mikovic decía que aquellos hombres que gritaban tanto  se parecían a los alemanes ¿Y quiénes son los alemanes? ¿Por qué papá y tío Ismail se fueron con aquellos hombres que gritaban como los alemanes…? El viejo Sr. Mikovic también dijo que eran… eran… Chetniks… ¿Quiénes son los chetniks, mamá? ¡Jo, yo ya no quiero andar más…! ¡Estoy cansado, muy cansado… Y hace mucho frío…!

¡Ah… Ya sé que es lo que pasa! ¿Vamos a Belgrado, a casa del abuelo? ¡Si… Vamos a Belgrado para ver el partido de baloncesto! ¡No me digas más…! EL mejor parido del mundo mundial entre: la Cibona  y el Estrella Roja… ¡Qué bien, qué bien! ¡Me gusta mucho la Cibona… Es el mejor equipo del mundo mundial! Allí jugaron los hermanos Drazen y Alexander Petrovic que hace tres años (cuando yo tenía seis años) ¡Ganaron la final de la recopa remontando en la segunda parte al Scavolini de Pesaro! Y mi tío Ismail me regaló por mi séptimo cumpleaños mi primer balón de baloncesto que era rojo, azul y blanco con los colores de la NBA. Me gusta mucho mi tío Ismail porque se llama como yo y es bueno conmigo y me hace cosquillas y cuando me va a buscar al cole me da siempre caramelos de fresa… A veces va con esa chica rubia, su novia que se llama Olga… Y que es muy guapa y simpática conmigo… Y eso que es serbia… Hace mucho que ya no la veo… Y… Bueno nosotros también somos medio serbios: Papa y el tío no, pero el abuelo y tú sois de Belgrado. ¡Oye, mamá…! ¿Y por qué no vamos nosotros también al partido en camión como papá y el tío?

¿Qué le pasó a esa señora que se quedó dormida al lado de un árbol? ¿Por qué lloraba aquella chica que quería despertarla? ¿Por qué…? ¿Y…? ¿Y ahora qué pasa? ¿Qué es eso…? ¿Qué son esas sombras que están en el bosque? ¿Qué hacen…? ¿Nos están rodeando..? ¿Y…? ¿Eso… Ha sido un petardo? ¿Y ahora una ristra de petardos? ¿Y…? ¿Pero, qué pasa? ¿Por qué corremos, mamá? ¿Quién nos persigue? ¿Por qué la gente está gritando y llorando? ¿Por qué levantan los brazos y piden socorro? ¿De qué huyen? ¿Qué le están haciendo a esa chica que antes estaba con la señora dormida del árbol? ¿Por qué las sombras del bosque la tiran sobre la nieve y le arrancan la ropa? ¿Por qué se tumban sobre ella? ¿Por qué grita de esa manera? ¿Qué le están haciendo las sombras del bosque para grite tanto? ¡Mamá, mamá no me sueltes la mano! ¡Mamá, mamá… Las sombras… Las sombras… Están detrás de mí… Ya no puedo correr más… Me van a coger… Me van a coger… Puedo sentir su aliento en mi espalda… Mamá… Mamá… Mamá…

¿Qué te pasa, mamá? ¡Vamos levántate! ¡La nieve está fría y si no te levantas cogerás un catarro! Sé que no estás dormida porque tienes los ojos abiertos y miras al cielo! ¿Qué te pasa mamá? ¿Por qué no hablas? Mamá… Mamá… Mamá…


EPÍLOGO

Y fue entonces, debió de ser entonces cuando un rayo de entendimiento penetró en mi mente con brutal violencia y en ese momento comprendí por fin todo lo que estaba ocurriendo a mí alrededor. Me tumbé en la nieve acurrucado, junto al cuerpo de mi madre muerta y me quedé muy quieto sin hacer ningún ruido con la esperanza de que las sombras pasaran de largo y no repararan en que yo aún estaba con vida.

Me abracé a mi madre por última vez ahogando mi llanto y mis lágrimas en su seno, hundiendo mi cabecita asustada en el interior de su abrigo, hasta empaparme con la sangre de la herida abierta que había en su pecho, con la sangre aún calida y fresca de mi madre que se escurría hasta el interior de mi boca, y como en un último y postrero acto de amor me amamantaba con su propia sangre para poder sobrevivir… Para prevalecer… Para poder contaros hoy a vosotros, esta… Mi historia.

FIN

ALFREDO RUBBENSTEIN. 

sábado, 19 de marzo de 2011

LA SONRISA DE EVA BRAUN



Hay dos posibles lecturas para esta historia:
 
Quedarse con la anécdota más o menos gamberra y políticamente incorrecta en la que el autor sugiere que Adölf Hitler era un "travelo"... O hacer una lectura más profunda de semejante bufonada que no pretende tener ningún rigor histórico, pero si filosófico. Cualquiera lectura que tenga el amable lector/a es válida... Incluso la de aquellas personas que lo pillen por ambas formas.
 
(Alfredo Rubbenstein)



Si a lo largo de toda tu vida alguien a quien tú también amabas te dijo alguna vez que también te amaba, te quería o simplemente... Que te necesitaba, te felicito por que ya tienes más suerte que yo.

.- ¡Adolfo, cariño...! ¿Vas a tardar mucho?
 .- ¡Eva, no me atosigues que he tenido un mal día!
.- ¿Un mal día? ¡Pues anda que si te llego a contar yo! No sabes lo cara que se está poniendo la vida en el Reich desde que estamos en guerra con los ingleses.
.- ¡Pues prepárate para el próximo verano!
.- ¿Por qué? ¿Qué pasa el próximo verano...?
.- Pienso invadir a los rusos. Necesitamos más espacio vital porque Polonia, Checoslovaquia y Austria se nos han quedado pequeñas.
.- ¿Pero no decías que después de la batalla de Francia la guerra se acabaría?
.- ¡Jo, es que fue muy fácil... Esos inútiles de los gabachos no me duraron ni un mes! Me dejaron con las ganas al pedir el armisticio y trasladar la sede del gobierno títere a Vichy.
.- Es lo que tiene la guerra relámpago, querido.
 .- ¿Te refieres a la blitzkrieg?
.- Si, si... Como se llame. Bueno ¿Bajas o no bajas al búnker...? ¡Me estoy quedando helada con esta bata de raso! ¿Terminas ya...?
.- ¡Mira, no me metas prisa que ya te he dicho que he tenido un mal día!
.- Bueno, pues cuéntame ¿Qué te ha pasado? ¿Quién se ha metido contigo...?
.- ¿Pues quiénes van a ser...? Lo de siempre, esos judíos que me tienen quemado. Estoy hecho cenizas, por su culpa ¡Me dan ganas de pegarme un tiro y mandar el IIIº Reich a tomar por culo!
.- ¡No digas eso de suicidarte ni de broma que me asustas, Adolfo...! Dios puso en la Tierra a los judíos para algo, algún propósito tendría al hacerlo.
.- Si, dar por culo a la parroquia.
.-¡Bah, no será para tanto!
.- Si es que siempre se están quejando... ¡Qué si tenemos frío... Qué si tenemos hambre... Qué si estamos cansados! Son unos chupasangre... Y luego encima con esos nombres tan raros y tan impronunciables, como: Maimónides, Einstein, Kafka, Asimov, Chaplin, Salinger, Canetti, Meir, Frank, Jodorowsky, Bukowski... Rubbenstein, por ejemplo... Y al fin y al cabo ¿Qué han hecho los judíos por la humanidad...? ¿En qué han contribuido...? ¿Qué sería de la especie humana sin ellos...?
.-Bueno, bueno... Mira, Adolfo no me hables de política que a mí eso no me interesa ¿Te falta mucho?
.- ¡A ver, Eva que no es fácil maquillarse cuando se lleva bigote!
.- ¿Y por qué no te lo afeitas?
.- ¡Si hombre y también el huevo izquierdo...Con lo que me ha costado que me crezca...! ¿Y qué hacemos luego con los millones de carteles de propaganda que hemos colgado por todo el Reich...? ¡Mira Eva, si me afeito el bigote los del partido me comen vivo y me mandan a escardar cebollinos a los Balcanes! ¡Pues no me tienen ganas ni nada el psicópata ese de Bormann, el gordo cabrón de Goering y el  traidor ese del Doctor Goebbels.... Sobre todo Goebbels con eso de que es un intelectual y toda esa mierda universitaria! Mira Eva, yo no fui a la universidad, es más... no tengo ni el título de bachiller y no me ha ida mal ¿No? ¡Mírame, niña... Soy el Führer del Reich! Sesenta y nueve millones de alemanes tienen que hacer lo que a mí me salga de los cojones, por ejemplo: si yo digo que no se fuma porque yo no fumo y me molesta el humo... ¡Aquí no fuma ni Dios...! O al campo de concentración.
.- ¿Sesenta y nueve millones dices?
.- Si mujer estoy contando a los austriacos y a los checos de los Sudetes.
.-¡Ah, entonces si...! Bueno ¿Entonces acabas?
.- ¡A ver, Eva que no me pongas nervioso que me voy a hacer una carrera en las medias! ¡Ten paciencia...!
.- ¿Quieres que te ayude?
.- No, no hace falta, si es el puñetero liguero este que no hay forma de engancharlo a las medias.
.- ¿Pero has probado...?
.- Si, si... Pero es que me aprieta el corpiño y la peluca rubia se me está resbalando. Además se me van a hinchar los pies como barras de pan con estos zapatos de tacón de aguja... ¡No entiendo como las mujeres podéis pasar todos los días por semejante tortura!
.- ¿Te depilaste?
.- Si, mujer si... ¡Menudo dolor! Tengo el pecho y las piernas en carne viva. Bueno... Que ya estoy... Voy a salir... No te rías como la última vez... ¿Qué... Cómo estoy?
.- ¡Estás preciosa! Parecemos hermanas.
.- Precioso, Eva... Se dice precioso. Yo no soy una mujer... A mí me gustan las mujeres... Tanto que lo que más me pone es vestirme como vosotras... Pero eso no significa que me gusten los hombres o que sea homosexual.
.- Perdona, amor mío... Quería decir que estás muy guapo... Y así vestido me pones mogollón.
.- Gracias, Eva... No te hace falta fingir, ya sé que esto es un suplicio y un enorme sacrificio para ti... Ya sé que estos "caprichos y estos gustos estrafalarios" te resultan incomprensibles e insoportables, pero... No puedo evitarlo. Nací así, lo siento... Soy un degenerado.
.- ¡Ven aquí y deja de decir tonterías! Mira, Adolfo... Yo te quiero y por mi como si te da por vestirte de extraterrestre, de monja o de sota de bastos ¿Es que todavía no has entendido que mi amor por ti es lo suficientemente grande como para que me dé lo mismo tu aspecto y tu forma de ser...? Eres el hombre de mi vida y te amaré siempre... Hagas lo que hagas, y aunque fueras un asesino, un criminal y un cobarde te seguiría queriendo exactamente igual...
.- ¡Oye, maja que yo no soy ningún cobarde... Que me condecoraron con la cruz de hierro de primera clase por salvarle la vida a un capitán durante la Primera Guerra Mundial!
.- Lo sé, me lo has contado un millón de veces... Ya sé que fue aquel alférez judío que fue testigo de la hazaña el que te recomendó a los mandos superiores para que te dieran la cruz de hierro.
.- Si, si... Pero ese mismo alférez también me arrestó una vez por llevar las botas sucias... ¡Me metió dos días de preventivo, A mí...! ¡Menudo cabrón!
.- ¡Bueno, hombre... Pero también te propuso para la medalla...! ¿Ves como los judíos no son tan malos?
.- ¡Bueno... Ya veremos!
.-¡Anda, tontito... Dame un beso y vamos a la cama! 
.- Eva...
.- ¿Dime, cariño...?
.- ¿Tú... Realmente me amas...?
.- Si, Adolfo... Te quiero.
.- ¿Y te casarás algún día conmigo...?
.- Si, Adolfo... Te prometo que cuando termine la guerra, cuando finalice nuestra lucha por un mundo mejor me casaré contigo y seré tu esposa... Cuando llegue el final estaremos juntos para siempre... ¡Anda, bobito...! ¡Ahora... Bésame, mein führer...!
 
FIN.